Donde antes llovía, hoy crecen sueños
Donde antes llovía, hoy crecen sueños
Antes: La escuela de Rubare no tenía techo. Cada vez que llovía, las clases se detenían y los niños quedaban a merced del clima. Aprender dependía del sol… y la esperanza se mojaba con cada tormenta. Hoy: Gracias a la colaboración de Fundación Ibercaja, la escuela por fin tiene un techo firme. Ahora, la lluvia queda fuera, y las ganas de aprender nunca se detienen.
Esto no es solo un techo sobre sus cabezas… es un paso más hacia un futuro lleno de oportunidades.
¿Te unes a seguir transformando realidades?





